Otegi, socio de Sánchez, felicita la Navidad con una biografía del jefe de ETA más sanguinario
«El regalo dejado por Olentzero ayer por la noche», escribió Arnaldo Otegi en euskera junto a una foto en sus redes sociales el día de Navidad. ¿Y qué era el regalo del carbonero mitológico que trae los obsequios en el País Vasco en fechas tan populares? Una biografía hagiográfica de Domingo ‘Txomin’ Iturbe, el terrorista que estuvo al frente de ETA durante su etapa más sangrienta, los llamados “años de plomo” (1978-1980), con más de 200 víctimas mortales.
El socio parlamentario del PSOE, líder de una formación que da estabilidad al Gobierno de Pedro Sánchez, no oculta su pasado vinculado a ETA. Ni siquiera en días como los de Navidad, proclives a los buenos sentimientos y los deseos de paz.
El Papá Noel vasco había dejado a Otegi una biografía del sanguinario terrorista. Así que el dirigente de Sortu y Bildu no dudó en exhibir el libro escrito por Jokin Urain, publicado en noviembre y del que Gara adelantó un capítulo, junto a una pancarta reclamando la libertad de los presos. Y se jactó de ello en las redes sociales. Hizo la foto del altar abertzale y tuiteó.
El gesto de Otegi, con un amplio historial de condenas de cárcel por colaborar con ETA, llega un mes después de la comparecencia pública en la que verbalizó un supuesto arrepentimiento para mostrar a las víctimas de la banda terrorista su «pesar y dolor por el sufrimiento padecido», algo que «nunca debió haberse producido».
Gabon gauean Olentzerok utzitako oparia. pic.twitter.com/04kiR3UFKK
— Arnaldo Otegi 🔻 (@ArnaldoOtegi) December 25, 2021
El tuit no ha pasado desapercibido para las víctimas. «¿Cómo es eso de que no tienes nada que ver con ETA y que no eres el portavoz de la izquierda abertzale, Arnaldo Otegi?», ha proclamado Covite, la asociación liderada por Consuelo Ordóñez, hermana Gregorio Ordóñez, el concejal de San Sebastián asesinado en 1995 de un tiro en la nunca mientras comía en una taberna.
No están siendo los mejores días para aquellos que creen que hay un cambio de estrategia en los socios proetarras de Sánchez para abjurar del pasado criminal. Primero fueron los encendidos elogios a Antonio Troitiño, que hace dos semanas falleció víctima de un cáncer con 22 asesinatos a sus espaldas. Al conocerse su muerte, las redes sociales de Sortu y Bildu, así como la de sus respectivos líderes, Arkaitz Rodríguez y Arnaldo Otegi, mostraron su cariño al terrorista y achacaron su fallecimiento a los 30 años que pasó en prisión por la ferocidad penitenciaria del Estado español.
Días después fue el homenaje que dirigentes de Sortu y Bildu tributaron a otro histórico jefe de ETA, Mikel Antza, a su llegada a los Juzgados de San Sebastián para declarar por videoconferencia por su implicación en el asesinato de Ordóñez.
A continuación, Sortu, el partido de Otegi que representa la espina dorsal de Bildu, anunció que el jefe de ETA David Pla, el encapuchado que leyó el último comunicado de la banda terrorista en 2011, formará parte de su dirección como encargado de la orientación estratégica.
Y hoy, como colofón, la red de apoyo a los presos etarras Sare ha convocado para el próximo 31 de diciembre en Mondragón un homenaje a Henri Parot, el mayor asesino de ETA, al que quieren fuera de la cárcel tras haber sido condenado a casi 4.800 años de prisión por matar a 39 personas. Debe cumplir condena hasta 2029.